Recalce de un castillo

A principios del anterior siglo, se construyó un castillo nuevo sobre los cimientos de una fortaleza del siglo XVII. Estos cimientos resultaron ser demasiado débiles para soportar el nuevo y enorme edificio. El castillo empezó a hundirse a mediados de los 90, y la única forma de salvarlo era reforzarle los cimientos.

 

Meter pilares en el suelo a modo de soporte adicional no era una opción: sencillamente no cabían y hubieran perturbado demasiado el terreno, provocando más daños. Por tanto, se requería otro enfoque, y se decidió dotar los cimientos del castillo de micropilotes.

 

(1) Se recibió en el suelo perfiles tubulares de acero a ambos lados de los muros del castillo. Al mismo tiempo, se fue inyectando una mezcla de cemento y agua, es decir, no se extraía la tierra, sino que se iba mezclando con el preparado. Una vez los micropilotes estuvieron lo bastante profundos, (2) se perforó un agujero en el muro (3) y se introdujo por él un perfil I, apoyado en los micropilotes. Encima de esto, se fijó una pletina de reparto de carga. (4) Por medio de cilindros hidráulicos, el perfil I se puso bajo presión. (5) A continuación, el hueco resultante entre los micropilotes y el perfil se rellenó con placas de acero. (5 + 6) El terreno circundante y todos los huecos del muro se rellenaron con hormigón.

 

El resultado: un estructura totalmente soportada, estable y segura. Al acabar este proyecto, de gran envergadura, ni el muro ni sus alrededores mostraban ningún signo de los trabajos acometidos.

 

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