Vehículos eléctricos: ¿Más peligros para los rescatistas?
Hoy en día es común ver vehículos eléctricos en todo tipo de carreteras. El número de vehículos de este tipo, incluidos los híbridos, está en constante aumento. En términos estadísticos, esto significa que hay mayores probabilidades de que, en caso de ocurrir, un accidente involucre a un vehículo eléctrico. ¿Qué significa esto para los rescatistas?
Al igual que los vehículos con motores convencionales, todos los nuevos vehículos híbridos y eléctricos son sometidos a pruebas de seguridad específicas antes de salir a la venta. Estas pruebas incluyen normas mínimas de seguridad especificadas en la legislación pertinente. Todos los coches nuevos son sometidos a pruebas de choque que dan como resultado una calificación de 0 a 5 estrellas. Cuantas más estrellas tenga un modelo, más seguro será el vehículo. Los vehículos híbridos y eléctricos obtienen entre cuatro y cinco estrellas en estas pruebas de choque: se trata de resultados similares a los de vehículos normales de gasolina y diésel. Esto quiere decir que son igual de seguros.
Uno de los accidentes más extraños en los que he participado como bombero fue cuando un vehículo golpeó varios árboles en el arcén de la carretera, haciendo que el compartimiento del motor - incluyendo el suelo - terminara completamente separado de la carrocería del coche. Se trataba de un coche común a gasolina pero, por supuesto, en el futuro también nos enfrentaremos a algunas situaciones extrañas relacionadas con vehículos eléctricos. Por lo tanto, la pregunta es: ¿En qué escenario un vehículo eléctrico podría representar un mayor riesgo para los rescatistas, que un vehículo convencional?
Coche intacto o daño únicamente en la carrocería
En primer lugar, hay escenarios donde es imposible que un vehículo eléctrico esté bajo voltaje. Es el caso de los vehículos que, como resultado de un accidente, quedan totalmente intactos o sólo tienen daños en la carrocería. El circuito eléctrico, por ejemplo los cables o la batería, no tiene daños. En estos casos no hay peligro de que la carrocería provoque una descarga eléctrica. En este escenario, el único riesgo es que el vehículo eléctrico puede moverse involuntariamente cuando todavía está en la posición de conducción D ("Drive"). Para evitar esa situación, hay que bloquear las ruedas, poner el freno de mano y colocar el sistema de tracción en la posicion P ("Parking"). Después, mantenga presionado el botón de Inicio/Parada ("Start/Stop") durante cinco segundos y cuando se ilumine el indicador Listo ("Ready") en el panel de instrumentos, presione nuevamente el botón de Inicio/Parada ("Start/Stop") y el vehículo se apagará.
Airbags activados en vehículos eléctricos
Si, en caso de accidente, se activan los airbags de un vehículo eléctrico o híbrido, no hay riesgo de electrocución causada por la carrocería. Esto se debe a que la fuente de alimentación de la batería de alta tensión se desconecta automáticamente cuando se activan los airbags. En casos excepcionales, los airbags pueden no activarse incluso en un accidente grave, por ejemplo, si un vehículo es chocado por detrás. Mientras la jaula de seguridad permanezca intacta, no hay riesgo de electrocución en la carrocería.
Jaula de seguridad seriamente deformada
Como rescatista, debe prestar atención especial ante un vehículo eléctrico cuya jaula de seguridad esté seriamente deformada. En esta situación, la batería de alto voltaje puede haberse dañado, una vez que están ubicadas en la construcción de jaula de seguridad. Si el vehículo eléctrico ha tenido una colisión en la que su estructura está seriamente deformada, el suministro de energía de la batería de alta tensión se verá interrumpido por los airbags activados y/o por un cortocircuito en el sistema.
En casos muy excepcionales, la deformación del compartimento de las baterías puede producir fugas de energía a la carrocería. Los indicadores pueden ser chispas, humo, o el olor de un cortocircuito o huevos podridos. Use siempre equipo de protección personal, incluyendo guantes de alto voltaje, para asegurar una máxima protección. Asegúrese de que haya suficiente agua disponible (hasta 10.000 litros) y de que las mangueras se carguen cerca del vehículo, para poder enfriar la batería. Utilice también la cámara de imagen térmica para controlar un eventual aumento de la temperatura de la batería.
En caso de incendio
Si un vehículo eléctrico se ve involucrado en un incendio, puede tratarse de la misma manera que un incendio de un vehículo convencional. Esto se debe a que los productos de combustión emitidos son los mismos que los de cualquier otro vehículo. Por lo tanto, tome las mismas medidas de seguridad, tales como el uso de EPI y de aparatos de respiración autónomos.
Sin embargo, si la batería de alto voltaje se está incendiando, se emitirán productos de combustión adicionales como hidróxido de litio. Estos incendios pueden ser extinguidos con agua, pero esto podría tomar mucho tiempo y requerir una gran cantidad de agua. Por lo tanto, en varios países se utilizan tanques de agua donde es posible sumergir completamente un vehículo eléctrico para extinguir la batería en llamas. Al enfriar la batería se intenta detener el proceso químico que hace que vuelva a encenderse. Las llamas se extinguen bastante rápido, pero internamente las reacciones hacen que la batería se caliente continuamente. Si el vehículo en llamas está conectado a la estación de carga, apague la estación de carga o quite el cable. Esto evitará la transmisión de electricidad al vehículo y el fuego podrá ser extinguido con seguridad.
En el agua
Si un vehículo eléctrico ingresa en agua, no hay posibilidad de electrocutarse si el coche está parcial o totalmente sumergido. Cuando el sistema central del vehículo está sumergido, la fuente de alimentación se apaga y la batería de alto voltaje se descargará, produciendo hidrógeno y oxígeno en forma gaseosa (electrólisis). La cantidad de gas acumulado depende del voltaje de la batería, de la calidad del agua, de la estanqueidad del vehículo y del tiempo que haya estado sumergido. Estos gases pueden causar un riesgo de incendio y explosión, por lo que hay que asegurarse de que el vehículo se ventile rompiendo las ventanas o abriendo una puerta antes de sacarlo del agua.
Conclusión
Un accidente con un vehículo eléctrico puede parecer una tarea difícil, pero debido a las diversas pruebas de seguridad a las que se someten, sabemos que estos vehículos cumplen requisitos de seguridad extremadamente altos. Además, al igual que en el caso de los vehículos convencionales, los fabricantes son cada vez más conscientes de que los rescatistas deben poder trabajar de manera segura en esos automóviles. En caso de un accidente que involucre a cualquier tipo de vehículo, siempre debe consultar el plan paso a paso en las fichas de seguridad del coche. Esta información puede encontrarse en bases de datos de vehículos como el Crash Recovery System o en la aplicación Rescue Code. Estas fichas de seguridad son aún más importantes cuando se trata de vehículos eléctricos porque muestran la posición exacta de la batería de alta tensión y los cables de alta tensión de color naranja. Esta información es especialmente importante en el caso de una jaula de seguridad gravemente deformada, que puede suponer un riesgo. Las fichas de seguridad también proporcionan información sobre cómo apagar el sistema de alta tensión, por ejemplo, mediante un enchufe de servicio o cortando un cable de seguridad.
Ficha de seguridad del Crash Recovery System. Imagen: Moditech
Como rescatistas, tenemos todo el conocimiento sobre los vehículos eléctricos a nuestra disposición y seguramente ganaremos más experiencia en los próximos años. Creo que se trata de una oportunidad para que nuestra profesión aprenda cosas nuevas y continúe desarrollándose. Estando alerta y tomando las medidas adecuadas, podemos salvar la vida de las personas, ya sea que se trate de vehículos convencionales o eléctricos.
Me gustaría conocer sus opiniones en los comentarios.
Marinus Verweijen
Holmatro Rescue Consultant